jueves, abril 05, 2007

El desguace de España (I)

“Zapatero tiene bastantes más obsesiones que ideas”. Esta frase aparece recogida en el libro “La gran revancha” de Isabel Durán y Carlos Dávila, y dicha, según sus autores, por un abogado de León, quien solicita “fervientemente” el anonimato. Posiblemente un conocido de Zapatero o de su familia.

El 14 de diciembre de 2003, ICV-EUiA, PSC y ERC ratificaron un acuerdo de gobierno para Cataluña mediante la firma del conocido Pacto del Tinell. Es historia sabida. Mediante él, Maragall obtenía la presidencia de la Generalitat. Los dos aspectos que han llegado a ser más conocidos de dicho pacto son la cláusula de exclusión previa del PP, al que se le otorga la condición de “apestado político” -un acuerdo claramente antidemocrático y contrario a la Constitución: basta leer su artículo 1- y su pretensión de crear operadores catalanes en sectores estratégicos como la energía, las telecomunicaciones y las infraestructuras.


Toda la operación posterior para la OPA de Gas Natural sobre Endesa, en la que participó la Caixa, que a su vez había condonado una deuda de seis millones de euros al PSC, encaja perfectamente en ese pacto y en su cumplimiento. Cuestión aparte es que el precio acordado, poco más de veintiún euros por acción, fuera claramente insuficiente y muy por debajo de su valor de mercado. Las maniobras del Gobierno para favorecer esa OPA adquieren desde esa perspectiva la consideración de auténtica estafa para los accionistas. Dudo mucho que ninguno de ellos, salvo que obtenga otros ingresos por su vinculación al PSOE, le vote.

Y la actuación de Manuel Pizarro en defensa de los intereses de la compañía y de sus accionistas adquiere una dimensión casi heroica, por la entidad de los obstáculos que tuvo que vencer. Aquella OPA se frustró, como es sabido, gracias a la obstinación de Pizarro y a que apareció en el momento oportuno la oferta de E.On, la conocida empresa energética alemana. También han sido conocidas las maniobras que el Gobierno ha ido interponiendo a esta segunda OPA, claramente más favorable a los accionistas, y que le han merecido las advertencias de la Comisión europea primero y la denuncia después ante el Tribunal europeo de Luxemburgo.

Porque al final, frustrada la maniobra del Gobierno para regalar Endesa a la Caixa, con la intermediación de Gas Natural, no se entienden luego los obstáculos que ha ido interponiendo Zapatero a E.On, salvo por un afán de venganza, por resentimiento o por un desmedido prurito de demostrar quien manda. Algo escasamente democrático, intervencionista y fuera de lugar en una economía de mercado.

El final de la historia es conocido: Endesa se repartirá entre E.On, Enel, una empresa pública italiana del sector energético, y Acciona, una empresa constructora española. Solución en la que al parecer ha intervenido activamente el Gobierno, con pactos secretos, como acostumbra, con el gobierno de Prodi. A decir de los analistas y de lo que se lee incluso en la presa extranjera, una de las peores soluciones posibles. Enel pasa por ser una empresa reconocidamente ineficiente. Posiblemente sólo su condición de empresa pública la mantenga en el mercado. Italia es fuertemente dependiente en el sector eléctrico, donde el 20% de su consumo se cubre con compras a Francia y tiene las tarifas más altas de Europa. Endesa acaba desguazada y el crédito español como destino de inversión extranjera laminado por las injerencias del Gobierno y la sensación de inseguridad jurídica que ha dado ante el mundo. Y todo ello, ¿por qué?

El Gobierno ha actuado como si lo que menos le importara fueran los intereses generales de España. No sólo la está desguazando desde un punto de vista institucional y territorial, sino ahora también empresarial. La plusvalía que van a obtener finalmente los afortunados accionistas de Endesa -gracias a Pizarro, que no al Gobierno- la vamos a pagar finalmente los consumidores y todos los españoles. La riqueza, en actuaciones especulativas como ésta, nunca se crea; sólo cambia de manos. Unos -pocos-cobran; otros -muchos- pagan.

Y a continuación cuatro enlaces y varias opiniones distintas. Juzguen ustedes mismos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad, estimado Oroel, es que tienes muchísima razón, como casi siempre. Procuro leerte con cierta asiduidad e incluso busco alguna materia para poder discrepar pero no encuentro demasiadas, sobre todo ahora que, como he visto en un post anterior, también estamos de acuerdo en que el PP, la única alternativa viable, necesita una urgente puesta al día y no sólo en Aragón.

Pero en fin, coincido contigo en que este gobierno es un desastre absoluto y sin matices o, parodiando a Carrero Blanco hablando una vez del General Franco, una de esas calamidades que la providencia envía de cuando en cuando a las naciones para probarlas. Habrá que contar, pues, con la providencia para que nos lo quite de encima cuando considere que ya hemos sufrido bastante. Y a esperar que entonces no sea ya demasiado tarde.

Un cordial saludo.

Oroel dijo...

A Carlos a.:

Agradezco tus palabras, aunque echo de menos la polémica.

Tienes razón en lo que sugieres, aunque no lo dices: el PP es la única alternativa viable, es cierto; pero no es, ahora mismo, la mejor de las posibles.

Una aclaración: ¿No fue Franco el que dijo eso de Carrero Blanco? De tus palabras parece deducirse lo contrario, que fue Carrero quien lo dijo de Franco.

Y finalmente, sí, lo de este gobierno es sencillamente espeluznante. Me cuesta creer eso que dicen algunos: que Zapatero odia a España. No lo creo, no puedo creerlo... Pero hay veces que sus decisiones sólo pueden explicarse aceptando como válida esa premisa. Ni siquiera suponiendo que sea inconmensurablemente tonto...

Un afectuoso saludo.

Oroel


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