domingo, junio 24, 2007

La renovación controlada del PP aragonés

"A Cristo le prendieron en el huerto por estarse quieto".

No me gusta El Periódico de Aragón. Es un medio caracterizado por su sectarismo, y su posicionamiento ideológico es opuesto al mío. Sus consejos, por tanto, cuando son dirigidos al Partido Popular, hay que tomarlos con extraordinaria prudencia. Pero creo que en este caso son acertados. O casi.

Vean la entrevista en dos partes que le hacen a Gustavo Alcalde. En ella se destaca esta frase: "No podemos abrir el partido en canal por no lograr los objetivos". Y efectivamente, tiene razón: ni conviene, ni creo que nadie se lo pida o lo desee. Nadie, salvo quizás, algunos resentidos, que no ocultan su resentimiento. (Estoy pensando en alguna sonada fiesta de despedida celebrada estos días: ¿Será definitiva esa despedida? Muchos se alegrarían)

Entrevista a Gustavo Alcalde (I)

Entrevista a Gustavo Alcalde (II)

Y aquí la opinión de El Periódico de Aragón:

Un momento delicado para el PP aragonés y sus dirigentes

La crisis del PP

Quiero destacar dos párrafos:

“Técnicamente, el PP aparece como un partido estancado, incapaz de desmontar el cada vez más sinuoso entramado de poder institucional y parainstitucional tejido por el PSOE alrededor de la figura de Marcelino Iglesias”.

No sé exactamente qué quiere decir Jaime Armengol cuando se refiere al poder “parainstitucional”, pero yo lo interpreto como el reconocimiento implícito de que se ha creado un tejido de acuerdos, complicidades y apoyos que excede el ámbito de lo público -de lo que puede hacerse público, de lo que conviene que los ciudadanos conozcamos-. Observen el adjetivo previo: “sinuoso”. Tengo el convencimiento, que seguramente no coincide con lo que piensa Armengol, de que parte de ese entramado "parainstitucional" es también ilegal.

“Para remediar su situación el PP debe trabajar el medio plazo con tranquilidad, apostar por la moderación, recuperar sin demagogias ni histerismos el liderazgo social, y entender que la confrontación dura, al final, asusta al centro y moviliza a las izquierdas”.

Y aquí el consejo, retorcidamente tramposo, al que conviene que el PP haga caso a medias. Los conceptos “extremado” o “moderado” deben ser analizados con suma inteligencia, y en los tiempos que corren son hoy mucho más aplicables al tono que al contenido, a la forma que al fondo. El PP no ha sabido hacer una oposición contundente y eficaz, y sin embargo a la poca que ha hecho le ha dado un tono crispado que le ha restado precisamente credibilidad y eficacia. Sarzkozy es mucho más nítidamente de derechas que Rajoy (no hay más que leer sus planteamientos), y sin embargo Zapatero le alaba por su modernidad y moderación, contraponiéndolo a la derecha extrema que, según él, representa Rajoy. Esa es la trampa de la que hay que huir.

Quienes me leen habitualmente conocen mi predilección por Martín Ferrand. Hoy cita la frase de un jardinero madrileño: “A Cristo le prendieron en el huerto por estarse quieto”. Martín Ferrand la ofrece como consejo a Rajoy, instándole a que haga algo. Yo se la ofrezco a Gustavo Alcalde.


En definitiva, nadie le pide al presidente del PP aragonés que abra el partido en canal, pero debería iniciar, liderar y dirigir, con suma discreción si se quiere, un proceso de renovación tranquilo y profundo, una renovación controlada. Si hay algo de lo que el Partido Popular anda sobrado es precisamente de personas eficaces y solventes.

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