sábado, septiembre 29, 2007

¿Y el cupo vasco?

Siempre hemos estado cediendo ante los nacionalistas. El 90% de los ciudadanos hemos cedido en nuestras pretensiones ante el 10% restante, de forma que la configuración del Estado se parece más a lo que desean ellos que a lo que nos complacería a la mayoría. ¿Y si empiezan a ceder ellos y a devolver lo mucho que les hemos dado y que nunca nos han agradecido?

Hace tiempo leí un artículo de Vidal Cuadras en el que ponía un ejemplo matemático, que creo que era el de las sucesiones monótonas crecientes. Si estamos en una posición 1 y los nacionalistas reivindican estar en la posición 3, dialogamos, negociamos y finalmente pactamos una posición intermedia, el 2. Pero apenas transcurridos unos pocos años, nos ponen encima de la mesa una nueva reivindicación: ellos quieren llegar al 4. Y negociamos de nuevo, tras lo que alcanzamos un nuevo punto de equilibrio, el 3. Y cuando pensamos que ya hemos alcanzado la calma, en no mucho tiempo tenemos sobre la mesa su nueva exigencia, el 5. Y así, paso a paso, cesión a cesión, nos van arrancando concesiones. Y lo más estúpido es que somos nosotros, la mayoría, quienes cedemos.

Pues no, volvamos a colocar sobre la mesa el 1. Eso les obligaría a reconsiderar la oportunidad o conveniencia de continuar sacando nuevas exigencias indefinidamente.

La cesión más importante nació con la propia Constitución: un régimen fiscal privilegiado, insólito en el resto de Europa, donde el hecho de que una región disponga de su hacienda propia distinta de la del Estado del que forma parte es una rareza.

El cupo vasco tiene un cálculo enrevesado del que, como señala Mikel Buesa, no debiera derivar ninguna situación de privilegio, pero que al final supone una transferencia neta de renta de todos los españoles a los vascos durante un periodo de tiempo que es ya lo suficientemente dilatado como para que su nivel económico haya llegado a ser superior al de sus vecinos. No son ni más listos, ni más trabajadores, ni más emprendedores que el resto. Simplemente, les pagamos sus gastos los demás. No es extraño que con una población un poco mayor de los dos millones de habitantes, su área de influencia (adquisición de inmuebles y apertura de negocios) se extienda desde Santoña (Cantabria) hasta Sabiñánigo (Huesca)

El Concierto Económico

El cupo vasco

La Financiación Autonómica

¿Qué es el Concierto Económico?

Acuerdo sobre el Cupo para 2007-2011

Otras comunidades autónomas, como la catalana siempre han apetecido un sistema de concierto similar (aunque creo recordar que en la negociación de la Constitución o del Estatuto de Autonomía lo rechazaron). Sin embargo, y dado que la Constitución sólo reconoce ese sistema para el País Vasco y Navarra, han dirigido sus esfuerzos, con notable éxito por lo que se ve, no a conseguir una menor aportación al Estado, sino a conseguir una mayor inversión del Estado en su territorio. Es una vía indirecta pero igualmente privilegiada. Y es que Zapatero, lejos de recortar desigualdades, no ha hecho sino incrementarlas.

¿Y si ponemos el cupo vasco sobre la mesa de una vez por todas? Si nunca nos han agradecido nada, ¿por qué tenemos que reconocerles ningún privilegio? Empecemos a exigir nosotros también. Ni una injusticia más. Ni un agravio gratuito (nunca les hemos agraviado; ellos a nosotros sí), pero ningún privilegio tampoco.

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