domingo, octubre 28, 2007

La manipulación del Tribunal Constitucional

El artículo 160 de la Constitución es breve y claro: “El Presidente del Tribunal Constitucional será nombrado entre sus miembros por el Rey, a propuesta del mismo Tribunal en pleno y por un periodo de tres años”.

El artículo 9.3 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, incorpora una matización, sin alterar el mandato constitucional, que es tan claro y tajante que no admite interpretación: se podrá optar a una reelección. Lo que implica, claro, una nueva propuesta del Tribunal en pleno y un nuevo nombramiento por el Rey.

Uno de los principios básicos en un Estado de Derecho es que ninguna norma de rango inferior puede vulnerar ni contravenir una de rango superior. Jerarquía normativa, creo que le dicen. Y la máxima jerarquía normativa corresponde, como no podía ser de otra manera, a la Constitución.

Pues bien, el PSOE ha pactado con IU y con CiU una modificación de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional para prorrogar el mandato de la presidenta (que fue propuesta en su momento por el PSOE y que actúa bajo su obediencia), lo que obviamente viola la Constitución, que es en este punto tajante. ¿La razón?: como todo el mundo sabe, se está juzgando la constitucionalidad del Estatuto Catalán y retrasando el dictamen todo lo posible, y la presidenta tiene voto de calidad, por lo que podría romper un eventual empate.

El PSOE cambia una ley para que Emilia Casas presida el Constitucional hasta diciembre

Y ya se sabe además que su marido realizó informes para la Generalitat sobre el Estatut, y que cobró por ellos. Muy poco edificante todo.

El marido de la presidenta del TC y otro magistrado también hicieron un informe por encargo sobre al Estatut

El PP recusa a la presidenta del TC porque su marido colaboró en la elaboración del Estatut

El PP ha presentado recurso de inconstitucionalidad contra la modificación de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y el PSOE ha recusado a dos magistrados que en su día manifestaron, con toda lógica, una opinión discrepante de la prórroga del mandato de la presidenta. El PP como respuesta ha recusado a otros tres magistrados de entre los propuestos por el PSOE.

Como se ve, todas las maniobras claramente inconstitucionales de Zapatero y las previsibles respuestas del PP están dejando varado, dañado -quien sabe si irremediablemente- e inoperante al Tribunal Constitucional, cuando éste tiene que juzgar el más grave desafío sufrido por la Constitución en sus pocos años de vigencia.

El modo de gobernar de Zapatero no se parece a las dictaduras comunistas -“rojas”, como él mismo se definió: “rojo”- sino a los populismos latinoamericanos, con flagrantes vulneraciones de las normas. Pero dictaduras al cabo. Llevamos todo el camino.

2 comentarios:

cartapacio.liberal dijo...

Es evidente lo que dices. Zapatero "no es demócrata", a los hechos me remito. Pero la democracia no tiene "medidas correctoras" ante "golpistas" desde el sistema.

Oroel dijo...

Efectivamente, el golpismo desde dentro del sistema es viejo como el mundo. Me vienen a la cabeza al menos tres ejemplos recientes: Hitler, con su famosa Ley de Plenos Poderes, Fujimori en Perú y Chávez en Venezuela. Seguro que hay más.

Ya lo dijo Montesquieu: "todo hombre investido de autoridad tiende a abusar de ella".

Las únicas correcciones posibles dentro de un sistema democrático proceden de los tribunales del estilo de nuestro Constitucional. Intervenido éste, las posibilidades de abuso se multiplican. Y es claro que Zapatero es un populista con muy pocos escrúpulos y muy escasas convicciones democráticas.

También nosotros tuvimos un rey, cuyas similitudes con Zapatero analizaré otro día, que dijo aquella famosa frase: "Caminemos todos juntos por la senda constitucional, y yo el primero". Frase que podría haber dicho Zapatero igualmente, para después, como con otro estilo hizo el rey felón, reformarla y desvirtuarla con cambios no previstos entre los procedimientos regulados, por la vía de las modificaciones estatutarias.

Olvida Zapatero, quizás nunca lo ha sabido, que la tercera pata de la democracia es el respeto del Derecho. La voluntad de la mayoría y la salvaguarda de los derechos de las minorías serían las otras dos.


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