martes, noviembre 13, 2007

Colonialismo

En las horas nocturnas -nocturnas en España, cuando es de día allá- es cuando entran en mi blog los lectores de Iberoamérica, algunos de ellos reincidentes, que me honran con su presencia. Hoy dedico a ellos este comentario.

La reciente trifulca organizada por el Rey, harto de la verborrea de Hugo Chávez, ha tenido un mayoritario apoyo favorable por la opinión pública española. Posiblemente no haya sido así al otro lado del Atlántico.

Una de las acusaciones más reiteradas que se formulan contra España, y que se han vuelto a invocar ahora, es la del colonialismo. Porque efectivamente, España ha sido una potencia colonial durante varios siglos, como lo han sido en mayor o menor grado todas las potencias europeas. El mundo actual está hecho por Europa, que ha difundido su cultura a los cinco continentes. Que eso sea bueno o malo es algo que quizás no me compete analizar. Pero es así.

España colonialista

Hace algunos años, discutiendo en un foro con un mexicano -podría haber sido chileno o colombiano-, éste me echaba en cara el colonialismo español, criticando a “mis” antepasados. Nunca supe si procedía de europeos o de indios. Pero por si acaso, hube de aclararle que a quienes criticaba era quizás a “sus” antepasados, porque los míos, labradores de las tierras prepirenaicas -mancebos labradores que casaban con doncellas labradoras-, frente a la peña Oroel, esa que ilustra y da nombre a mi blog, nunca abandonaron España.

Es curioso que en México no haya ni una estatua, ni una calle ni una plaza que honre o recuerde la existencia de Hernán Cortés, uno de los más grandes genios militares de la Historia: ambicioso -por encima de todo, ambicioso-, valiente hasta la temeridad, visionario, diplomático, estratega, elocuente orador... Pero Cortés no hubiera podido conquistar el imperio azteca, que ellos llamaban mexica, si no hubiera sido apoyado por los otros pueblos indígenas sojuzgados, olmecas, totonecas y otros más. No fue allí a liberarles, es cierto, pero los liberó, y si con eso se les sometió a la corona española, ese sometimiento fue para ellos incomparablemente más liviano que la opresión azteca. Calculan los historiadores que cada año eran sacrificados en Tenochtitlán al menos diez mil prisioneros. Quizás quienes ahora juzgan tan severamente a Hernán Cortés y a los españoles a quienes consideran erróneamente sus descendientes -sus descendientes son mexicanos y figuran entre las familias más ricas de ese país-, o sean de origen español o procedan de algunas de aquellos pueblos liberados. Recomiendo para documentarse la lectura de la novela “La princesa azteca” (en inglés “Aztec”) de Colin Falconer. Es muy buena.

En fin, comparen la supervivencia y gran mayoría de las poblaciones de origen indígena en casi todos los países iberoamericanos con la de los dos países anglófonos de Norteamérica, Estados Unidos y Canadá, donde no sé si todavía existen reservas indias. O vuelvan a ver la película “La Misión” con Robert de Niro y Jeremy Irons para recordar la diferencia de trato que dispensaban a los indios los españoles y portugueses.

No recuerdo a qué historiador le leí decir que a pesar de la mala prensa que arrastraba, el colonialismo había sido la mayor fuerza civilizadora de la Historia. Y hablaba de los pueblos del sudeste asiático, sometidos durante siglos a la crueldad refinada de los piratas malayos, para quienes la llegada de británicos y holandeses fue una bendición, o de los negros de la costa oriental africana sometidos a la esclavitud de los árabes... Y tantos otros.

PD: Testamento de la reina Isabel la Católica: “...e non consientan e den lugar que los indios vezinos e moradores en las dichas Indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sea bien e justamente tratados. E si algún agravio han rescebido, lo remedien e provean, por manera que no se exceda en cosa alguna de lo que por las Letras Apostólicas de la dicha concessión nos es infungido e mandado”

Codicilo de la reina Isabel la Católica (Medina del Campo, 23-IX-1504)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno y que certero. Como (¿he de decir casi?) siempre.

Plas, plas. Aplaudo con las orejas.

En cuanto a la intervención del Rey, me ha parecido lo que me parece siempre este señor: (a pesar de todas las opiniones que oigo poniéndolo por las nubes), un señor mayor bastante inculto y sin ningún saber estar ni ninguna actitud para la vida pública (eso si, muy campechano), que posiblemente hubiera sido un excelente tabernero pero en absoluto el representante de una nación del siglo XXI.

Y si no, piensen, si fueran directivos de una gran empresa multinacional ¿contratarían a un tipo como el Rey como Director del Departamento de Relaciones Públicas.

Yo desde luego no.

Gracias

Oroel dijo...

Estimado Alejandro:

¡Qué acertado tú también con lo del Rey! No obstante, a pesar de que yo tampoco le contrataría como relaciones públicas, he de reconocer que esta vez ha estado en su sitio, sobre todo por la calaña del personaje al que se enfrentó verbalmente, un impresentable. Algún otro estadista europeo, quizás un Miterrand, o un Giscard, o la Reina de Inglaterra, se hubieran levantado sin más, hubieran hecho un gesto a su primer ministro para que se levantara también y se hubieran ido ambos. Yo es lo que hubiera hecho de haber estado en el papel de un Jefe de Estado, aunque sé que a veces es difícil controlar el enfado.

En fin, veo, por si no lo hubieras dejado claro, creo, en alguna otra ocasión, que eres republicano. Como yo.

Un cordial saludo y gracias por tu aplauso.

Oroel.

Cristóbal dijo...

Querido Oroel.

Como siempre estoy de acuerdo en “casi” todo lo que afirmas salvo en un pequeño detalle, cuando afirmas “España ha sido una potencia colonial durante varios siglos”. No estoy de acuerdo.
Quizás la simplificación nos hace considerar como iguales lo que no lo son. España un gran imperio con territorios en Ultramar, pero esos territorios no fueron considerados como colonias, al menos en la acepción que los historiadores le dan a ese término. Según estos, existen varias formas de expansión exterior, unas son colonialismo y otras son imperialismo (algunas gozan doble calificación).
Para explicarme será mejor alejarnos en el tiempo.

Los fenicios hacían instalaciones en las costas del Mediterráneo con factorías y centros de comercio con las poblaciones del interior. Esas son el primer tipo de colonia.
Posteriormente se hizo necesario asegurar la zona de influencia comercial con fuerzas militares que realizan incursiones de “pacificación” y restituyen la seguridad de las comunicaciones. Estas fuerzas militares pueden ser indistintamente contratadas por las empresas o por los Estados (ciudades estado). Con el tiempo se establece una relación de vasallaje entre los indígenas y los colonizadores de modo que su estatus no es el de iguales. Pero… curiosamente el estatus del colonizador respecto al individuo libre que permanece en la metrópoli también cambia y a peor. Esta situación se da las últimas colonias fenicias, las griegas y en la República romana.

Con la llegada del imperio comienza un proceso curioso: los hombres libres (indígenas o colonos) se equiparan en derechos y obligaciones con los metropolitanos. Alcanzan el estatus de ciudadanos Romanos. Esta fase de dominio sobre un territorio no ha tenido la consideración de colonia ni entre historiadores ni estudiosos del derecho internacional.

Curiosamente los tres modelos se han repetido a lo largo de la historia. Así el primer modelo, es que inicialmente siguió el imperio colonial portugués o la célebre Compañía de Indias inglesa, o su homóloga holandesa (siglos XVI al XVII). La segunda fase se dio en el siglo XIX (segunda mitad) hasta el mismo XX (es la causa principal de la Iª Guerra Mundial)
Mientras que el caso Español es el tercero descrito, que no constituye colonias, sino territorios con los mismos derechos y deberes que los de la península. Para ilustrar lo que digo te recuerdo que el argumento de la película que citas se basa en que los indios americanos no pueden ser esclavizados por los españoles (pues son considerados súbditos del Rey de España) pero si por los portugueses pues estos no los consideran sus iguales.
Otro ejemplo. Los impuestos a pagar por cada territorio sigue el mismo proceso en cada uno de ellos. En el caso inglés los metropolitanos los pactan (Cámara de los Comunes) los colonos se aguantan (recuerda el te de Boston).
No quiero alargarme más.
Un abrazo, Carlos56.

Anónimo dijo...

Muy buena también la puntualización de Carlos56. El matiz desde luego es importante.

Hay que ver lo que se aprende, chicos.

Winston dijo...

Efectivamente, la epopeya de la conquista y evangelización de América, la mayor gesta de nuestra historia sin duda alguna, transformó a España en Las Españas. No hubo colonias. Nuestro país exportó sus recursos humanos y tecnológicos como si de un territorio ganado al Islam en la Renconquista se tratase. Los indios fueron tratados como súbditos e iguales por la Corona hispana desde el principio, la legislación que los protegía fue abundantísima. La voz crítica de Bartolomé de las Casas no sólo no fue acallada, sino que fue muy estimada por Carlos V y sus consejeros, a pesar de que resultaban evidentes sus exageraciones y sus proyectos resultaban delirantes. A mediados del XVI México ya tenía su propia Universidad y en el siglo XVIII en México y en Lima el nivel de vida era comparable a cualquier país europeo, excepto la arruinada España. A este respecto y para el que tenga interés y tiempo, en www.filosofia.org/mon/tem/es0224.htm se abunda en todo lo anterior.

Oroel dijo...

Estimado Winston:

Me alegra contar con algunas selectas intervenciones que elevan, sin duda, el nivel de mi blog. Le agradezco ese enlace que me indica, y que me ha parecido muy interesante.

Gracias de nuevo y un saludo.

Oroel


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