domingo, diciembre 16, 2007

Las incógnitas de Gran Scala: modificaciones legislativas (2)

José Ángel Biel ya ha reclamado el consenso político para la aprobación de una normativa específica (nada menos que con rango de ley) sobre Gran Scala, similar a la que en su día se aprobó para promover la Plataforma Logísitca de Zaragoza.

Lo sorprendente del caso es que la Plataforma Logística de Zaragoza es una iniciativa pública, del Gobierno de Aragón, mientras que Gran Scala ha sido hasta ahora, o así lo parece, una iniciativa privada. Salvo que el gobierno de Aragón la haga suya y pase a ser también, quizás con la excusa de las ingentes inversiones previstas y los miles de puestos de trabajo prometidos, de utilidad pública.

El antecedente más claro, por tanto, es la Ley creada para la Plataforma Logística:
Ley de la Comunidad Autónoma de Aragón 17/2001, de 29 de octubre, sobre la Plataforma Logística de Zaragoza

Quiero señalar la atención sobre el artículo 4 de esa Ley, que es precisamente el que regula la declaración de utilidad pública y utilidad social de esos terrenos a efectos expropiatorios, teniendo en cuenta el detalle, no menor, de que según el artículo 5 «“Plataforma Logística de Zaragoza, PLA-ZA, S.A.”, tendrá la condición de beneficiaria de las expropiaciones precisas en relación con la Plataforma Logística, en las condiciones establecidas en la legislación de expropiación forzosa» En caso de que aquí se optara por el mismo procedimiento para facilitar la ejecución de Gran Scala, ¿quién sería el beneficiario?
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Pero otras modificaciones legales necesarias serían al menos la Ley del Juego de Aragón y la desaparición o modificación de algunas de las figuras de protección ambiental.

Igualmente, se requerirá el compromiso del gobierno para las inversiones en infraestructuras.
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Al respecto de todas estas modificaciones legales a las que parece que se ha comprometido el gobierno, quiero señalar un par de párrafos de la prensa de hoy:

Jesús Maestro, portavoz de ANSAR: “¿Desde cuando se legisla a la carta siguiendo los intereses de unos pocos con intereses particulares? Y por el contrario, 30.000 firmas de aragoneses no han servido para que el Gobierno debata la Ley de la Montaña. ¿Cómo se entiende eso?”.

Efectivamente, creo que difícilmente se puede resumir de una manera más clara y dramática el enorme déficit democrático que padecemos en Aragón a manos de este gobierno.

José Luis Marqués, de Fundación Ecología y Desarrollo: “La implicación tan visible del Gobierno en una operación que es sobre todo una llamada a inversores, respaldando a unos promotores, es, a mi juicio, excesivamente comprometida. Esta especie de sobreactuación induce a pensar que el mayor activo que tienen los promotores es el apoyo de la DGA y su promesa de cobertura legal de sus actividades”.

Uf, si fuera así, si ese fuera realmente el mayor activo de los promotores... Qué fiasco.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues así parece, estimado Oroel. En el ABC de ayer se explica, con bastante detalle, como se 'logró' que este proyecto nos cayera encima. Resulta especialmente ilustrativo el párrafo en el que Aliaga (¿cómo ha llegado este hombre a Consejero?) responde con un 'No problem' a las pretensiones de los promotores de modificar la normativa, traer agua y energía, etc. A mí todo este asunto me huele muy mal o, para decirlo de otra manera, me parece una auténtica verguenza que nos pongan encima de la mesa una cosa así y nos quedemos, ahora me refiero al PP, tan frescos. Nos merecemos casi todo lo que nos pasa, incluídos Marcelino y Zapatero que ahora va y suelta que tenemos la mejor educación de Europa.

Un cordial saludo.

http://www.abc.es/20071216/nacional-nacional/logro-llegada-gran-scala_200712160248.html

Oroel dijo...

Estimado Carlos a:

Efectivamente, somos o parecemos el Springfield de España, tal como he pretendido reflejar en mi siguiente intervención, haciendo uso de la genial idea de Humberto Vadillo. ¿Dónde si no se podría encontrar un gobierno más crédulo, más tonto o más dispuesto a...? (no haré explícita la nefanda idea, para evitar problemas).

Y lo peor es que alguien (obviamente mi admirado y nunca bien ponderado Biel) parece haber dado la consigna o la orden (para algunos este tipo de consignas son como una orden) de ponernos a dar saltos de alborozo, so pena de ser considerados, como siempre, malos aragoneses. Y una mierda: va a saltar su tía. De momento hay demasiadas incógnitas y motivos de desconfianza como para que quienes nos consideramos mínimamente inteligentes no nos formulemos unas pocas preguntas y esperemos a conocer las respuestas.

Un cordial saludo.

Oroel

Anónimo dijo...

(todo esto que digo es desde mi más humilde ignorancia y mi más absoluto recelo al proyecto)

modificaciones legislativas:
A ver! ¿cómo les explico yo esto? Comparen con la imaginación Aragón con Eslovenia, con Bélgica, con Estonia, con Austria. (Gracias por el esfuerzo). Es cierto, hay diferencias, pero también muchas similitudes. La principal diferencia es que políticamente ellos funcionan como países y socialmente lo saben y está orgullosos de ello. Esta tierra políticamente tiene un status y una forma de actuar de “país” o “casi-país”, pero socialmente no se sabe, no se quiere saber o algunos hacen todo lo posible para que no se sepa. Aunque sea una realidad innegable.
Las cosas complejas son difíciles de resumir en dos párrafos. Y esta lo es. Para mí es fundamental que entiendan la idea que he expuesto anteriormente, ya que me ahorrará debates posteriores en esta y otras cuestiones. Aragón políticamente es un “país”, aunque le falten cuestiones históricamente esenciales como defensa, AA.EE., etc... a los que acudimos con el nombre de España.
Pero resulta que en la vida (política) moderna hay factores más decisivos que otros. Y Aragón autogestiona la mayoría de estos factores, los decisivos. Repito: la mayoría. Tenemos los mecanismos y, lo que es más importante, la capacidad para que un consejero negocie una determinada operación en París o en Dubai, que el presidente dé el visto bueno, y podemos modificar NUESTRAS propias leyes para NUESTRO propio beneficio.
Termino. Las urnas están allí, cada cierto tiempo. Entiendo que si no se dice otra cosa este es el modelo que prefiere la gente. Supongo que todos ustedes tienen la suficiente edad para saber cómo era Zaragoza, Huesca, Teruel, y Aragón en 1980. Y lo que es hoy en día. Yo creo que nos va bien y que nos podría ir mejor.
Acertada o equivocadamente tomaremos nuestras decisiones (que se instale este macroproyecto) y para ello modificaremos nuestras propias leyes. Y sólo el tiempo dirá lo que fue o lo que dejó de ser.

Anónimo dijo...

Yo prefiero no hablar desde la ignorancia, por humilde que sea, así que de este tema no voy a decir, de momento, mucho más pero, aunque sea bastante notorio que harán lo que les dé la gana, no deja de resultar chocante que Biel citara, como una de las ventajas que los promotores habían visto para ubicarse en Aragón, la seguridad jurídica que les ofrecía esta comunidad autónoma, que no 'país'. Las leyes que pretenden derogar o modificar no son para decidir si la fiesta mayor de Sariñena es el día del Pilar o el de Santiago sino que regulan cuestiones de cierta importancia como el juego, la protección medioambiental, las prioridades en el uso del agua y la energía, etc y se hicieron, es de suponer, por razones de interés general. Derogarlas o modificarlas, si es que se llega a hacer, en beneficio de una empresa privada y de un proyecto como este no dice mucho en beneficio de esa cacareada 'seguridad'.

cordialmente

Anónimo dijo...

Sí en lo que hace referencia a este macroproyecto soy un absoluto ignorante. Pero si tú te consideras un experto...

Tiene razón el que dice que somos una comunidad autónoma, legalmente eso somos.

Oroel dijo...

Querido Supermaño:

Mi ignorancia con el proyecto es al menos tanta como la tuya, y no menos humilde, pero no porque me falten deseos de conocer más sobre él, sino porque realmente no nos han dado más información. No somos, ni tú ni yo, culpables de esa ignorancia, por tanto. Y puesto que no nos quieren, de momento, dar más información, estamos en nuestro derecho de ser recelosos ante él. Casi diría que es una obligación serlo, como lo es, en general y en democracia, desconfiar del poder. Todo el régimen de contrapoderes que caracteriza a la democracia se basa en esa desconfianza.

No obstante lo anterior, no puedo sino discrepar de ti respecto a esa consideración de Aragón como “país”. Soy aragonés, como sabes, lo que para mí es la forma en que soy español. Soy hombre, y esa es mi forma de ser persona, para que me entiendas. Y no sabría decirte si soy más hombre que persona o viceversa. Pero sí sé que podría ser persona sin ser hombre. Aragón es geográfica, histórica, económica y culturalmente una región de España, lo que no sólo nos brinda la oportunidad de ser aragoneses, sino la suerte de ser españoles, que es una condición más amplia y más rica. Más enriquecedora también. Política o administrativamente somos una comunidad autónoma, esto es una región con cierta autonomía legislativa y de gestión, con una progresiva descentralización que, en mi opinión, hace tiempo que ha traspasado los límites de lo razonable y de lo óptimo. Comunidad Autónoma que ha degenerado, como el resto, en una taifa más dentro de un Estado que se está volviendo a pasos acelerados inviable. Y eso es malo para nuestro futuro inmediato y el de nuestros hijos, quienes los tenemos.

Respecto a las modificaciones legislativas, tu punto de vista me parece tan obvio, tan esperable en ti como discutible. Carlos lo ha expresado creo que claramente, pero yo voy a procurar extenderme un poco más, abusando de tu paciencia. Me parece que una de las frases que mejor resume el estado de la cuestión, tal como yo lo veo, es la de Jesús Maestro, portavoz de ANSAR: “¿Desde cuando se legisla a la carta siguiendo los intereses de unos pocos con intereses particulares? Y por el contrario, 30.000 firmas de aragoneses no han servido para que el Gobierno debata la Ley de la Montaña. ¿Cómo se entiende eso?”. Digamos que el sentido democrático de lo que se pretende es más bien escasito.

Las leyes son normas de aplicación general. Su aprobación -o modificación de las ya aprobadas- para atender intereses particulares choca frontalmente con la esencia misma del Estado de Derecho. Para mí, por tanto, como parece serlo para Carlos, el punto esencial es ese, mientras que para ti lo es el que esas leyes sean “propias”, como una demostración de nuestra autonomía. Haces mucho hincapié en NUESTRAS leyes y para NUESTRO beneficio. Dejando de lado el hecho, no menor, de que para mí las leyes españolas son tan MIAS como las aragonesas, no tengo tan claro que esas leyes que pretenden modificarse se modifiquen en nuestro beneficio, sino en el de esos promotores. No me importa tanto el que sean “nuestras” leyes, como que se dicten o modifiquen con criterios estrictamente democráticos y sobre todo que sean justas. Que puedan ser una expresión de nuestra autonomía para mí es completamente accesorio si falla lo esencial.

Y lamentablemente pienso que aquí lo esencial está fallando.

Un cordial saludo.

Oroel


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