viernes, diciembre 07, 2007

Odio

“Toda España debió ser Paracuellos.”

Si quieren conocer una genuina expresión de odio político, lean esto. Y si se consideran civilizados, demócratas, españoles y gente de bien, vayan dándose cuenta de a qué se enfrentan. Porque aunque no lo sepan, o no lo crean, se enfrentan, con su pensamiento, con su vida, con sus ideas, a gente que les odia.

Yo no tengo nostalgia, ni me considero un malvado de los que refleja el autor del artículo que sigue; tampoco acepto la nostalgia de los unos, ni quiero que me impongan la de los otros; ni quiero que me salpique el odio rencoroso que algunos quieren saldar haciéndolo pasar por justicia, una justicia imposible de satisfacer por la prescripción imparable del tiempo, de la biología, de la historia y de la acumulación de cosas más importantes que atender: el futuro. Un odio prescrito por la vida. Porque hoy lo tengo más claro: no es justicia, es odio.

La nostalgia de los malvados

El autor, Félix Martínez, fue despedido de El Mundo a raíz de ese artículo.

Ha sido contratado por
Público.

No hay comentarios:


Número de visitas