jueves, abril 17, 2008

Chiste

Un día, Eduardo estaba cazando en medio del bosque cuando vio un osezno que correteaba. Se encaró el rifle, apuntó y disparó. Por suerte para el osezno, falló, y cuando se disponía a repetir el disparo notó que alguien le daba golpecitos en el hombro. Era un enorme oso negro que, evidentemente indignado, le dijo:

-Tienes dos opciones: o te mato a zarpazos o dejas que copule contigo.

Eduardo se decidió por lo segundo. Fue doloroso, pero se recuperó. No obstante, fue tanta la humillación que juró vengarse.

Así que una vez recuperado de la experiencia se echó de nuevo al monte dispuesto a encontrar al oso negro. Cuando por fin lo localizó, disparó con la misma mala puntería que la primera vez.

Y de nuevo esta vez alguien volvió a darle golpecitos en el hombro. Esta vez era un oso pardo más grande aún que repitió las mismas opciones:

-O te mato a zarpazos o dejas que copule contigo.

Eduardo se resignó y acumuló una nueva humillación a la anterior.

Al cabo del tiempo volvió al bosque, sediento de venganza, buscando al oso pardo. Cuando por fin lo localizó y consiguió dispararle, volvió a fallar, para su desesperación. Y como se temía, alguien le tocó en el hombro. Esta vez era un gigantesco oso polar, quien con voz sorprendentemente dulce y agitando mucho las pestañas le dijo:

-Reconócelo, cariño: tú no vienes a cazar...

2 comentarios:

Cristóbal dijo...

Estimado Oroel:

Este chiste es una alegoría poética del cuerpo electoral español.

Un abrazo.

Oroel dijo...

Te echaba de menos.

Un abrazo.

Oroel


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