lunes, abril 28, 2008

Los monosabios

Un amigo me envía este artículo de César Vidal, publicado en La Razón, en el que cree apreciar algunas coincidencias con lo que yo mismo vengo sosteniendo en este blog. Y sí, yo también las veo. Pero sin duda César Vidal escribe y se expresa mejor que yo.

En el arte taurino existe un personaje peculiar y poco conocido al que se le dio tiempo ha el escasamente lucido nombre de «monosabio». La función del monosabio, nada baladí, consiste sustancialmente en ayudar a los picadores a levantarse del suelo si se da la triste circunstancia de que el toro los descabalga. En la política española, existen no pocos monosabios. Andan por ahí agazapados con la única misión, al parecer, de trazar piruetas por el ruedo cada vez que el que se dedica a picar al noble animal se da con las narices contra el suelo.

De los monosabios mediáticos no voy a tratar hoy porque algunos son, literalmente, de juzgado de guardia. Es más, ocasionalmente, hasta los condenan por injurias.

Pero hoy no puedo menos que referirme a algunos de los monosabios políticos cuya única función en la vida parece limitarse a la de correr en defensa del señorito cuando muerde el polvo. Uno de los ejemplos más acusados de tan poco airoso comportamiento lo proporciona el actual presidente de Aragón don Marcelino Iglesias. A mi, el señor Iglesias me provoca una cierta admiración porque el hecho de que una persona cuyo pasado profesional estuvo en ser monitor de esquí haya llegado a presidente de una comunidad autónoma tiene su aquel. No supera al bachiller Montilla, pero por ahí le anda. Sin embargo, no deseo referirme a él por su capacidad más que probada para trepar por las procelosas cumbres de la política regional ni tampoco porque, por escrito y de manera expresa, canonizara a Indalecio Prieto.

Mi interés reside en la manera en que cumple como monosabio cada vez que le tocan el silbato. Por ejemplo, en la época en que Borrell, con la Narbona de escudera, ideaba un Plan Hidrológico que doblaba al impulsado luego por el PP Iglesias concedió una entrevista al Heraldo de Aragón hablando de las bondades del trasvase.

Luego el Plan Hidrológico quedó en menos y lo propugnó el PP y entonces Iglesias, fiel monosabio, se lanzó al ruedo para decir que jamás, jamás, jamás. A cuánto no llegaría en su entusiasmo monosabista que en 2002 se comprometió públicamente en un mitin a dimitir si el gobierno socialista realizaba un solo trasvase.

Y entonces el trasvase llegó. Para beneficio sólo de Cataluña, pero llegó. Dejando fuera a Valencia, Murcia y Almería, pero llegó. Y Marcelino, seguramente encomendándose a su canonizado Indalecio Prieto, volvió a lanzarse al albero para defender al picador ZP En tan sólo unas horas, Iglesias nos ha confesado que no sabe lo que es un hectómetro cúbico -lo creemos porque para entregar esquíes en Aragón no hace ninguna falta aprenderlo- y ha acusado a murcianos y valencianos de querer el agua para los campos de golf a diferencia de los catalanes que tan sólo se la beben.
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Todo esto horas antes de que los representantes del gobierno nacional-socialista catalán aparecieran por Aragón para comprarles los derechos del agua a los regantes. Lo primero es mentira, siquiera porque sólo en Barcelona hay más campos de golf que en Murcia y Valencia sumadas; lo segundo es una demostración más de quién es verdaderamente Iglesias. No es el defensor de Aragón, de cuyo escudo pretende quitar las cabezas de moros por eso de la alianza de civilizaciones. En realidad sólo es el monosabio de Montiila y ZP.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú también escribes pero que muy bien.
Aunque superar al bueno de César Vidal está al alcance de pocos creo que tú a su edad lo conseguirás porque tienes madera!
saludos

JJ-Fraga

Anónimo dijo...

Mire usted que cosas tiene la vida. Jon Idígoras fue fundador de Herri Batasuna y uno de sus principales dirigentes, pero sus orígenes tienen raíces taurinas. Debutó de monosabio en la cuadrilla del Duque de Boroa. Más tarde ejerció de picador en la misma cuadrilla y posteriormente debutó de novillero con los nombres de Chiquito de Amorebieta, Chiquito de Eibar o Morenito del Alto. No quiero establecer ningún tipo de paralelismo, pero monosabios en la política los ha habido y no sólo de forma metafórica. Lo que no conocía era una biografía en que se comenzara como monitor de esquí para terminar de monosabio.


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