martes, abril 15, 2008

Un machismo encubierto

De los muchos análisis que se leen estos días sobre el nuevo gobierno, me ha parecido que el de la abundante presencia femenina, tan publicitada, tiene una lectura curiosa, y posiblemente acertada.

La idea que desarrollo no es mía, sino que ya aparece en comentarios de prensa.

Se ha resaltado mucho -realmente lo ha hecho el mismo presidente- que es “la primera vez” que se forma un gobierno con tantas mujeres, que es “la primera vez” que se pone a una mujer al frente del Ministerio de Defensa, que es “la primera vez” que se crea un ministerio específico para las políticas de igualdad, que es “la primera vez” que se nombra a una ministra embarazada -qué calculada y qué efectista ha sido esa primera revista a las tropas-… La presencia femenina en el gobierno no parece, por tanto, haberse producido sólo y exclusivamente por la concurrencia de talento, sino por el propósito indisimulado de aparecer como especialmente sensible ante el feminismo. Las ministras se han elegido por su condición de mujeres, porque convenían para dar esa apariencia deliberadamente buscada por el Presidente, y no tanto por su preparación o conocimientos ¿Por qué, si no, presumir de la mayoría femenina en el Gobierno?

¿Qué conocimientos tiene Carme Chacón en materia de Defensa?

¿Qué conocimientos tiene Bibiana Aído en políticas de igualdad y qué experiencia sobre el tema ha podido adquirir al frente de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco?

Porque también este nuevo Ministerio suscita sus dudas: las leyes para la igualdad ya existen y están en vigor, y no desde esta última legislatura, sino desde mucho antes, y todas ellas están perfectamente distribuidas en razón de las competencias de cada Departamento ministerial. La protección y prevención de la violencia de género, por ejemplo, depende de los ministerios de Interior y Justicia. La igualdad de las condiciones laborales del Ministerio de Trabajo. Los incentivos para la contratación de mujeres de Hacienda. ¿Qué papel corresponde por tanto a este nuevo ministerio?

Recordemos que tampoco quedaba claro el papel que debiera desempeñar el de Vivienda, y allí sigue, sin haberlo aclarado y aún habiendo acreditado su inutilidad.

El PP ha tenido siempre una nutrida representación femenina -incluso la presidencia simultánea del Congreso y del Senado- y nunca ha alardeado de ello. ¿Por qué? Porque no lo ha considerado necesario, sin duda.


En definitiva, se ha utilizado por parte de ZP la condición femenina de la mayoría de los ministros con un claro propósito político y propagandístico, que es en definitiva lo que siempre han rechazado -la instrumentalización de la mujer por serlo- las feministas.

2 comentarios:

Mike dijo...

Y de paso, descalificar a todo aquél que critique la gestión de las ministras, tachándole de machista.

Otra táctica populista más del peor presidente de nuestra democracia.

¡Y lo que nos queda, demonios.!

Oroel dijo...

La solución será ignorar esas acusaciones de machismo, y si hay que criticar se critica. Y al que acuse de machismo se le llama tonto, inflando mucho la boca, para que se entere.

Sobre todo, nada de complejos.

Y de momento, por los ministros/as que repiten (inútiles, sectarios y bocazas), como por las nuevas carteras creadas, creo que ya puede aventurarse que estamos ante el peor gobierno de la democracia.


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