lunes, mayo 19, 2008

El fracaso económico del Estado de las Autonomías

Estoy firmemente convencido de que el Estado de las Autonomías ha sido un rotundo fracaso, sin paliativos, en todos los órdenes: no ha aumentado nuestros niveles de libertad, sino que ha limitado derechos de movilidad o simplemente lingüísticos como se está viendo en estos últimos años, ha roto con los principios de solidaridad y pertenencia común que mantienen cohesionado un país y ha lastrado como no nos podemos llegar ni a imaginar nuestro crecimiento económico y el futuro de las próximas generaciones.

Tomo los datos que siguen del
blog de Roberto Centeno, quien a su vez los refiere a las publicaciones de la Fundación de Cajas de Ahorro de España.

Hemos crecido en términos absolutos, cierto, pero todos los países lo han hecho. Veamos cual ha sido nuestro grado de convergencia con los países europeos:

1959 58,3%

1975 81,4%

1985 70,8%

2006 79,5%


Para no falsear los datos, éstos están calculados en todos los casos respecto a los 9 países europeos que en 1975 constituían la Unión Europea, sin contar las incorporaciones posteriores de países más pobres. Y todo ello contando con que desde nuestro ingreso, en 1985 no hemos dejado de recibir fondos europeos que claramente hemos despilfarrado. Otros países, como Irlanda, que también los han recibido han sabido aprovecharlos mejor: en 1975 ambos países, España e Irlanda, tenían una renta prácticamente idéntica, 10.000 euros. Treinta y dos años después, Irlanda dobla la renta española.

Si esta generación no es capaz de percatarse de la necesidad urgente de reconsiderar el modelo político, este país se va, como dice un apreciado bloguero, “a la mierda”.


Y cuando un país decide suicidarse, nadie puede salvarlo. ¿Ha decidido suicidarse España?: lo parece (ha vuelto a votar a Zapatero).

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que me faltaba por leer ya en este blog. Decir que nuestro Estado de Derecho, que es el Estado también de las Autonomías, ha fracasado, dice mucho de tu poca visión de España, centrándote sólo en la visión de una ESPAÑA GRANDE Y LIBRE (¡¡¡ARRIBA!!!).

La autonomía ha hecho posible un aumento cualitativo y cuantitativo en nuestro nivel de vida. Acercar la Administración a los ciudadanos es una mejor gestión, y eso no se pone en duda.

Decir que el Estatut rompe con las autonomías es decir gilipolleces. Muchos hablan sin haberlo leído, pero como es Catalonia... Los estatutos no se puede reformar todos a la vez, ya que cada uno tiene su procedimiento de reforma... pero de lo que estoy seguro es que los Estatutos cada día están más igualados entre ellos.

Por cierto, insultar a los Españoles por votar a ZP me parece execrable por tu parte. Un poquito más de clase, y educación, que te hace falta.

Por cierto, el que se hunde es el PP...

Anónimo dijo...

eso es lo que querriais vosotros los "demócratas" de toda la vida. ¡Anda ya!

Sr. Editor dijo...

En total acuerdo, oroel. Pero veo muy difícil cambiar el modelo porque son los políticos quienes tienen que mover ficha. Sólo UPyD llevaba tal cosa en su programa. ¿Tú crees que el PP, tal y como está ahora mismo -tan centrista ellos-, se va a atrever a decir una verdad así?

Ni de coña. Y eso que al principio de la campaña Rajoy insinuó eso de que el "Estado de las Autonomías" debía ser revisado, o algo parecido. No tardó el PSOE en dar caña, concretamente Alfonso Guerra -nada menos-, acusando a Mariano de volver a la España del pasado...como dice el prejuicioso anónimo que te contesta y que no se ha leído esa L.O. que es el Estatut y no sabe lo que significa. Es decir, que es de obligado cumplimiento para TODOS los ESPAÑOLES. Pero seguro que tú se lo vas a explicar muy bien, no perderé yo el tiempo fuera de mi blog.

Saludos oroel.

Oroel dijo...

Querido primer anónimo:

No me gustan los sofismas ni las trampas argumentales. Por eso te rogaría que no los emplearas conmigo. No suelo caer en ellos y considero una ofensa que alguien pueda pensar que puede confundirme utilizándolas.

Yo no he dicho que el Estado de Derecho haya fracasado. Es más, creo que el Estado de Derecho es el mayor logro civilizador de la Historia. Éste no es otra cosa que la consagración efectiva del imperio de la Ley y del Derecho como garantía máxima de las libertades ciudadanas frente a la arbitrariedad o los abusos del poder. Pero convendrás conmigo en que hay muchas formas de Estado de Derecho, con orientación socialdemócrata o liberal, presidencialistas o no, descentralizados o centralistas, con Administración anglosajona o continental… Yo me he referido exclusivamente al Estado de las Autonomías, que en su actual deriva está suponiendo precisamente la quiebra del Estado de Derecho. Basta contemplar cómo se está modificando la Constitución por vías no previstas, saltándose precisamente la Ley, lo que es una vulneración flagrante del Derecho. O cómo se está permitiendo la laminación de los derechos ciudadanos individuales en nombre de no se sabe qué pretendidos derechos colectivos.

No sé si con esa invocación incompleta al lema franquista -le falta el “¡Una!”- has pretendido imputarme alguna nostalgia de aquel régimen, pero si es así te equivocas. Soy intachablemente demócrata, y absolutamente comprometido con la defensa de las libertades y derechos ciudadanos. Espero que consideres este blog una prueba de ello. No siento ninguna añoranza de Franco ni de aquella época, salvo por la juventud perdida. Me gusta la Libertad, y sus consecuencias: las libertades menudas, una a una… No renuncio a ninguna.

Decir que las autonomías han hecho posible un aumento de nuestro nivel de vida es una falacia indemostrable. Con la misma razón puede decirse que hemos crecido “a pesar” de las autonomías. Basta comprobar que otras naciones que partieron del mismo nivel de renta y que se han beneficiado como nosotros de los mismos fondos estructurales europeos hoy doblan nuestra renta. Y sin autonomías.
La proximidad de la administración al administrado es lo que se conoce como “principio de subsidiariedad”, que debe ser matizado por otros principios igualmente válidos y aplicables: el de eficiencia y economía de medios. Y el de la limpieza democrática y la lucha contra el clientelismo y caciquismo inherentes a las administraciones próximas. Se puede y debe transferir competencias con un límite que dictan el sentido común y la economía, para que los beneficios de la descentralización no se vean superados por su coste inasumible. Máxime en una época en que las comunicaciones y los transportes hacen que estén más próximos Zaragoza y Madrid que Zaragoza y Albarracín o Pont de Suert y Barcelona. Y todo ello en una época en que se desmoronan fronteras, transferimos competencias y decisiones a entes supranacionales, nos dotamos de leyes comunes, monedas únicas y nos enfrentamos a retos globales.

La deriva estatutaria no hace otra cosa que establecer privilegios y diferencias de derechos entre unos y otros ciudadanos. Y para que unos disfruten de privilegios, otros deben ver limitados sus derechos. Los privilegios no caen del cielo ni emanan de la tierra, ni mucho menos son fruto o consecuencia de la Historia. No creo en los derechos históricos. Siempre hay alguien que paga los privilegios que otros disfrutan. Y los privilegios tienen además otro rasgo característico: nunca son generalizables. Si lo fueran, serían derechos universales. Pero en nuestro caso, si se generalizan, España se rompe. Un sistema fiscal como el vasco sólo se sostiene porque somos los demás quienes lo pagamos, pero ¿quién se lo pagaría a Andalucía o a Extremadura si también Madrid o Valencia lo asume? La solidaridad interterritorial es consustancial en toda unión política, desde un Estado hasta una unión de naciones como la Unión Europea. Y conforme se diluye la cohesión política, se disuelve la solidaridad interterritorial y viceversa. Ya sé que hay quien quiere precisamente eso. Yo no.

No he insultado a los españoles que votaron a ZP. Solamente pienso que eligieron una opción errónea. Respetable pero errónea. Si pensara que la suya era la opción acertada yo mismo la hubiera tomado. Y obviamente no lo pienso.

Hace unos días, un amigo que votó a Zapatero -fíjate qué amistades-, a raíz del cambio de actitud sobre el trasvase a Barcelona me dijo que no pensaba volver a votarle. No quise profundizar. No sé si por fin llegó a la conclusión de que Zapatero había mentido, lo que me dejó perplejo. Como si no hubiera habido a lo largo de estos últimos cuatro años evidencias más que abundantes para llegar a esa conclusión. Pero, fíjate, aun habiéndolas, e innumerables, ha habido once millones que le han votado. ¿Cómo puedo no pensar que se han equivocado, si han decidido volver a poner el gobierno de la Nación en manos de un irresponsable mentiroso?

Puedo extenderme más… Y lo haré, no lo dudes.

Un saludo.

Oroel dijo...

Al segundo anónimo:

No sé si el PP se rompe o no. Veo la cosa muy chunga. Pero lo que sí es cierto es que la derecha -o el centro derecha- no; que hay una inmensa corriente bajo la superficie que no habrá quien la pare cuando aflore. Y que se llevará por delante incluso a esos líderes que están ignorando todavía su existencia y que sólo aprecian las crestas de las olas, que parecen dirigirse en sentido contrario. Y si se rompe el PP, habrá otra fuerza u otras que le sustituyan. Pero la masa social que lo sustenta mantiene sus principios y sus convicciones y apoyará a quien los respete y represente genuinamente y sin complejos. Y es una masa social enorme, la clase media española, que hoy vota incluso al PSOE y que el día en que alguien sepa interpretar y decir en voz alta lo que está esperando oír -y ese alguien me temo que no es Rajoy- le llamará a encabezar la recomposición que está necesitando urgentemente nuestra democracia. La Transición ha muerto, y nuestra Constitución necesita una seria reconsideración.

Espero que ese momento no tarde, por nuestro bien y el de nuestros hijos.

Oroel dijo...

A Checho:

Dos breves apuntes.

Efectivamente, el Estatuto de Cataluña es una Ley Orgánica española, de todos los españoles. ¿Por qué deberíamos aceptar o debería gustarnos una Ley que consagra privilegios de unos sobre otros y que permite la vulneración de los derechos de nuestros conciudadanos españoles residentes en Cataluña? Rechazar privilegios o la pérdida de la cohesión nacional no es un ataque contra Cataluña, aunque siempre hay gente dispuesta a aceptar como normales los privilegios y las ventajas. Nos ha fastidiado.

Dicen que cada generación comete su propio error histórico. El de la nuestra es claramente el Estado autonómico. (Qué orgullosa debe sentirse esta generación de irlandeses que no parecen haber cometido ninguno)

Un cordial saludo.


Número de visitas