miércoles, mayo 07, 2008

La cultura de las colas

Leí hace tiempo un interesante artículo -o carta al director, que no recuerdo- donde hablaba de uno de los síntomas de empobrecimiento más inocultables: la proliferación de las colas de espera. Era lo que llamaba la aceptación de “la cultura de las colas”.

Uno de los rasgos que caracterizaron durante décadas a los países del Este de Europa bajo el dominio comunista era la proliferación de las colas para la adquisición de productos básicos o para la obtención de cualquier servicio. Y es lo que está empezando a pasar en España:

La lista de espera para cataratas se multiplica por cuatro en un año

El número de solicitantes en el registro del Toc Toc aumenta y son ya cerca de 50.000 en todo Aragón. Pero también aumentan las renuncias.

Los Juzgados de lo Penal tenían 269.405 asuntos pendientes de ejecutar a finales de 2007

COAG advierte que España puede sufrir problemas de abastecimiento de cereales

Todo ello, junto con la inflación, es una demostración de la creciente incapacidad del sistema productivo para dar respuesta a la demanda de bienes y servicios de la población.

En definitiva, ¿qué nombre le damos a lo opuesto al enriquecimiento? Pues hacia allí nos dirigimos y sin tener, parece, una clara consciencia de ello. Todavía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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ESTA NOTICIA

Según EL MUNDO en el pais vasco cuenta varias veces más (no recuerdo las cifras exactas) hablar vasco que tener un doctorado a la hora de entrar en la sanidad pública.

Quizás te diagnostiquen mal, pero lo harán en vasco. ¡Pais!

Oroel dijo...

Pues lo único que cabe decir es que hemos entrado en un proceso, no de locura, que tendría un eximente, sino de estupidez colectiva que alguien tendría que empezar a atajar. Y si la clase política no es capaz de encabezar esa mínima exigencia de sensatez, imprescindible en una sociedad moderna, el descontento irá creciendo hasta que dentro de unos meses, o de unos años, estalle. Porque la estupidez tiene un precio tremendo, que se acabará pagando.

Y observa, que quien puntúa así el conocimiento del euskera no es la sociedad, que posiblemente asiste atónita al hecho, sino una determinada clase política tremendamente sectaria y estúpida. No es posible -¿o sí lo es?- que esa formación política esté representando a una sociedad europea, moderna y culta en los albores del siglo XXI. Y si es así, que paren España, que me bajo.

Daniel Terrasa dijo...

La cultura de las colas. Eso me recuerda un viejo chiste:

Un yankee capitalista y un comunista soviético asisten a un debate por TV, pero el moderador aun no ha llegado.

Al cabo de una hora, el moderador llega al fin y dice: Perdónenme, llegué tarde porque estuve esperando en la cola para comprar salchichas.

¿Que es una cola? pregunta el capitalista.

¿Que son las salchichas?? pregunta el comunista.


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