sábado, mayo 09, 2009

Somos un país insólito

España es el único país de Europa en que los sindicatos mayoritarios se manifiestan por la crisis contra la oposición, y no contra el Gobierno. Así nos va.

Zapatero pidió en el congreso de UGT “apoyo y cariño”, y se lo están dando. No sólo evitan criticarle o mostrar la más mínima exigencia hacia él, sino que se aplican a la “noble” tarea de desgastar a la oposición. El Gobierno, al margen de la pequeña minucia de que en España se generen siete de cada diez parados europeos, debe estar haciéndolo tan bien, que hay que laminar cualquier posibilidad de alternativa. ¿Será objetivo de los sindicatos, coincidente con el del Gobierno, el de alcanzar algún record de parados en nuestro país?

El chivo expiatorio de la crisis

Modos y maneras de la izquierda

Asalto a la Asamblea de Madrid. No se puede repetir.

¡No me gusta nada el sesgo que están tomando los acontecimientos! A la crisis que nos golpea hay que añadir ahora las tensiones separatistas alentadas por Zapatero y la radicalización de las bases de izquierdas. Me recuerda a épocas históricas que yo no esperaba ver repetidas.


¿Alguien le ha oído a Zapatero, desde su responsabilidad como presidente del Gobierno, criticar o condenar los altercados ante la Asamblea de Madrid?
....

2 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Me quedo con la reflexión final que hace Gutiforever en su post, y que resume perfectamente la situación y los pasos a donde nos encaminamos;"recurren al "enemigo" clásico de la progresía,la Iglesia, invocan los más bajos instintos que anidan en su argumentario dado que hay que movilizar a costa de lo que sea y de quien sea.
El problema es que están jugando con fuego, y algún día puede ocurrir una tragedia que no nos pillará de sorpresa porque son los modos y maneras de la izquierda.
Luego vendrán las consecuencias".

Oroel dijo...

Insisto, Natalia: ¡No me gusta el rumbo que están tomando los acontecimientos!

Habrá que decir respecto a este sucedáneo en que ha devenido nuestra democracia las palabras que dijo Ortega y Gasset de la República: "No es eso, no es eso".

No era esto, efectivamente, con lo que yo soñaba cuando siendo muy joven voté la Constitución.


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