lunes, marzo 08, 2010

Por eso nos pasa lo que nos pasa

Cuando un amigo publica un artículo, es un deber ineludible enlazarlo y ponderarlo como merece.  Y, por supuesto, un placer.


Brillante, como siempre: “Aproximadamente 250 consejeros de gobiernos autonómicos, muchos todavía estupefactos”, aunque no tanto como muchos vecinos y ya no digamos compañeros de trabajo que conocen aún mejor sus cualidades, al ver a Alfredo, por poner un ejemplo, o a Alberto o a Pilar o a Luisa nada menos que de consejeros y gestionando nada menos que... ¡Quién lo iba a decir!

Pero mi amigo Humberto, pese a sus esfuerzos de exhaustividad, se ha quedado corto (aunque quizás le hayan impuesto un espacio máximo para el artículo que le ha obligado a abreviarlo). Se ha olvidado, por ejemplo, de las diecisiete oficinas autonómicas de representación ante la Unión Europea, de las que al menos la aragonesa está dotada íntegramente por personal eventual, contratado no sé si a ojo o a dedo como decía Jesús Solá, alcalde de Herrera de los Navarros e inefable personaje del que pienso escribir un día de estos. Se ha olvidado de algunas pintorescas oficinas autonómicas como la aragonesa para el cambio climático, para la cooperación internacional o para la inmigración. Del instituto autónomo para las ciencias de la salud, de las agencias alimentarias autonómicas que solapan a las agencias alimentarias europea y nacional (con perdón), de España. De las no sé cuantas televisiones autonómicas. De las 42 empresas públicas, 17 fundaciones, 13 consorcios, 12 entes públicos y 6 organismos autónomos del Gobierno de Aragón, que muy posiblemente tengan sus correspondientes correlatos en el resto de las Comunidades Autónomas. De las comarcas y sus correspondientes consejos comarcales, algunos de cuyos presidentes ejercen el cargo con la dignidad de Obama o, más aún, Sarkozy...

Me quedo con la incómoda sensación de no haber sabido yo tampoco completar la serie que a Humberto y a mí nos desborda, y a todos nos arruina.

No obstante, cumplo con mi deber de amigo (me haré pagar una caña, y a ser posible de cerveza de importación, a cambio de este enlace).  

Todos los artículos de Humberto Vadillo

Asinus asinum fricat. Ya saben.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

El otro día leí en El Mundo, una carta que le escribía Luis Mª Ansón a David Gistau dándole la enhorabuena por su trayectoria. En entre otras cosas le decía que cada día predomina más el desden cicatero, el silencio para el compañero brillante, la insidia que menoscaba al que triunfa.....
Lamentablemente es así y, como tú dices Oroel, por eso nos pasa lo que nos pasa. Collarada 1

Oroel dijo...

La mezquindad de cerrar el paso a los más brillantes, nos empobrece a todos, aunque beneficie al mezquino.

Hay organizaciones donde todo su activo es el capital humano, y despreciar o desconocer el capital con que se cuenta es un dipendio inasumible.

Por eso, efectivamente, Collarada, nos pasa lo que nos pasa.


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