lunes, marzo 08, 2010

Repugnante


“Cantar las cuarenta” es una expresión española que procede de los juegos de cartas (o naipes), “tute” o “guiñote”, y se utiliza, cuando alguien amenaza con increpar o regaña a otra persona por algo que ha hecho, y normalmente con tanta razón que el regañado no tendrá excusa para defenderse ante las acusaciones recibidas. Hay otra expresión muy similar a esta: “leer la cartilla”. Es decir, cuando se “cantan las cuarenta” o se “lee la cartilla”, el increpado se merece la amonestación; se le dice ni más ni menos que lo que merecía oír.

Y hecho este preámbulo, que quizás sea necesario para mis lectores americanos, no voy a entrar en consideraciones ni juicios morales sobre la agresión -o el intento de agresión, que tanto da- sufrido estos días pasados por Rosa Díez en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Creo que mi forma de pensar es ya suficientemente conocida como para que sea necesario mi pronunciamiento expreso ante esos actos lamentables. Sólo quiero señalar al respecto la tremenda ironía de que fueran precisamente los agresores -unos “camisas pardas” vestidos esta vez con el uniforme de “progres”- quienes acusaran de “fascistas” a los agredidos.

El tema ha sido abundantemente glosado en prensa y blogs:


Pero leyendo sobre el asunto me he enterado de algo que me ha dejado pasmado (sí, como al “Eterno pasmado”: cada vez hay más motivos para estarlo) y sumido en una profunda indignación.

Parece ser, a juzgar por lo que he leído en blogs independientes, que el periódico Público -que goza de la especial protección de Rodríguez, al que corresponde con su permanente adulación- mantuvo durante veinticuatro horas el siguiente titular en su página web: “La Autónoma de Barcelona le canta las cuarenta a Rosa Díez”.



Una demostración de la estrecha vinculación entre este periódico y el Gobierno de Rodríguez ha sido el reciente nombramiento, publicado el viernes pasado, del director del diario, Félix Monteira, como nuevo Secretario de Estado de Comunicación. En pago de los favores prestados, sin duda.


Pero ese titular (el de las “cuarenta”) fue luego sustituido por otro más “políticamente correcto” y a mí me ha resultado imposible encontrarlo, salvo en una imagen obtenida de otro blog. En Público debieron ser conscientes, o alguien les alertó, de la contraproducente vileza del titular.

Estos son el titular y la noticia que ahora pueden leerse:


Que un periódico, con estrechas vinculaciones ideológicas y estratégicas con el Gobierno, pueda mantener durante veinticuatro horas un titular que disculpa, justifica e incluso parece alegrarse de la agresión sufrida por una opositora política me parece de una gravedad extrema, y da fe del deterioro y acoso que vienen sufriendo las libertades públicas en este país, con un inconfundible tufo totalitario, tal como señalaba estos días pasados Cayetana Álvarez de Toledo.

Ese es el verdadero rostro de Rodríguez -ese adalid de las libertades más falso que Judas- y de sus mariachis.

¡Qué asco!
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