domingo, junio 20, 2010

Cartas al director

Observen qué talento.

Copiado de la sección de Cartas al Director del Heraldo de Aragón de hoy.

El cirujano políglota

Mi amigo Sergio, establecido en la luminosa Cádiz, quiso volver a su Zaragoza natal para someterse a una delicada y peligrosa intervención quirúrgica: tenían que operarle de un juanete en el pie derecho.

Su compañera Rosana estaba muy preocupada. Los médicos le habían informado de los peligros de la intervención, que iba a durar 16 horas bajo anestesia general.

El equipo médico estaba compuesto por un bilbaíno, el primer ayudante era catalán y la jefa de instrumentistas provenía de un pueblecito del Pirineo aragonés. El equipo médico suplente estaba compuesto por especialistas de Madrid y Canarias. Los traductores simultáneos estaban listos en sus cabinas insonorizadas prestos a iniciar su labor.

Antes de comenzar, Rosana preguntó una vez más al jefe de cirugía si no sería posible acortar la duración de la intervención. Él respondió que eso era impensable y, además, políticamente incorrecto, ya que la única forma de hacerlo era prescindiendo de los traductores y, por lo tanto, impidiendo que cada cual se expresara en su lengua vernácula. “¿Y por qué no hablan en español?” El amable doctor le explicó que en el actual Estado Plurinacional Poliautonómico Asimétrico y Multilingüe era como había que hacer las cosas.

La intervención duró 16 horas y 20 minutos. El jefe del equipo médico, visiblemente preocupado, fue a informar a la familia: las cosas se habían complicado. ¿Problemas con la anestesia? No. Con la traducción. Hubo una leve confusión con los términos derecha, izquierda, arriba y abajo al traducirlos del euskera al catalán y de éstos a la fabla y al silbo canario, y a Sergio le amputaron la pierna derecha. Rosana, indignada, preguntó si podía ir a hablar con los traductores. “Me temo que no -dijo el médico-. Tienen sesión en el Senado”.

Mariano Domingo Oset. Zaragoza.
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